Sentada, tranquila, en silencio, sola conmigo, me doy cuenta de la placidez que supone vivir en esta actitud contemplativa.
Los minutos, los días pasan como pasan los planes y las ocasiones. Todo pasa, y eso que nunca deja de ser porque existe siempre permanece en esta callada paz.
Saboreo la dicha de este presente sosegado. No hay grandes acciones, ni intensidad, ni euforia. No hay depresión, ni fuegos artificiales, ni placeres desbordantes. Hay quietud, luz, escucha, descanso.
Sensaciones que van y vienen, plácidas, se suceden a su ritmo y no me aferro a ninguna. Algunas son placenteras, otras incómodas. No las juzgo. Las observo y las transito. Es más fácil así, no sé cómo no he podido verlo antes. Tan ciega he estado. Tan desconectada. Tan perdida.
¿Y si vivir es esto? ¿Y si yo elijo vivir así?
En estado contemplativo, sin alimentar deseos, anhelos y ambiciones. Simplificando en lo cotidiano. Sin querer figurar, lograr o que me reconozcan algo. Yendo a lo sencillo, a lo simple, bajando a la tierra.
Así, vivir es fácil. Y gratificante.
Quiero vivir así. Lo que me queda de vida voy a probar a vivir de esta otra forma, consciente del reto que supone en este escenario montado para todo lo contrario.
Pero es solo eso, un escenario. No es real. Es puro atrezzo. Que ocupe casi todo el espacio y parezca veraz no importa tanto si yo permanezco en mi sitio, que es mío y de nadie más. Es imposible que me lo arrebaten.
Así que me quedo aquí, tranquila, sola, a la escucha, en presencia, atenta a lo que es, respondiendo cuando procede, soltando cuando puedo.
Mi contexto se da forma a sí mismo a medida que yo puedo ir despojándome de lo que no me sirve ya. No hace falta que me angustie, que busque arquitectos que lo hagan por mí, que plantee diseños sofisticados que respondan a mi nueva realidad.
Basta con estar en esto y hacer lo que corresponde en cada momento. Nada más.
La vida me va facilitando las vías, los materiales, las razones. La vida sabe y me sostiene. La vida va a seguir aquí cuando yo me marche.
La vida cuida de sí misma, sí, y cuida de mí.
Descubre más desde lamujerinterna.com
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.