Mira, sentemos nuevas bases desde ya, empezando por hoy mismo. ¿Te parece? Porque estoy aburrida, cansada, harta de la misma cantinela. ¡Se acabó!
Basta ya de ir de alumna por la vida. ¿No estás hasta el mismísimo coño? Que sí, que siempre somos aprendices, siempre, hasta el día en el que morimos. Pero también somos maestras, joder, y esa parte se te olvida. Eres una mujer entera, completa, madura y eres sabia, bella y fuerte. Ya está bien de quedarte escondida en tu libreta de apuntes.
Honra tu origen y tu destino, mujer. El lugar del que vienes y ése al que te diriges. Uno que vas teniendo bastante claro justo porque has recorrido ya la mitad de tu vida. Es una de las bendiciones de ser adulta, madura, vieja: que los años vividos nos traen perspectiva, conocimiento, sabiduría, dirección, enfoque, sentido. Honra todo eso que llevas atesorado y ponlo al servicio.
El futuro es ahora. Este preciso instante, aquí. Lo demás es ilusorio. Quédate aquí y ahora con lo que hay. Sea lo que sea. Aunque huela mal. Verás que una vez ahí, todo se vuelve liviano.
Vive como si nadie te mirase, por dios, como si fueras invisible, como si fueses la única habitante del planeta. Vive libre de una vez por todas. ¿A qué vas a esperar para volar teniendo esas alas de ángel que te han sido concedidas?
Deja de hacer para que te vean y haz solo para ser. Es la única manera de entregar algo genuino al mundo. Es para eso que estamos aquí, tú y todos.
Disfruta. Goza. Diviértete. Atiende a tus sentidos, sumérgete en la grandeza de tu universo sensorial y maravíllate ante tanta abundancia y sutilidad. La Vida es un prodigio.
Entrégate a tu sensualidad de mujer y deja de reprimirla, porque te hieres y hieres a cada una de tus ancestras. Es una cualidad divina que como todos los dones y bendiciones nos son otorgados para expandirlos. Si no, se nos pudren por dentro, nos explotan y se echan a perder. No es justo ni necesario.
Las crisis son llaves, abren puertas. Por duras que sean solo traen la posibilidad de acceso a otras instancias. ¿Por qué no explorarlas ya que estás ahí? ¿Por qué no perderles el miedo y recibirlas con un abrazo, si van a venir de todas formas?
Todos los días durante un rato, quédate quieta y en silencio. Deja tu mente en barbecho, que descanse, que se aburra, ¡que se joda! Que se entere ya de que ella no manda, que sólo es una más.
Míralo todo y a todos desde afuera. Observa lo que sucede, lo que te rodea, lo que te pasa por dentro como si vieses una película. Sí, puede encandilarte o atraparte pero sabes que pasa, que termina, que no es real. Que lo único que permanece eres tú.
Presta atención a tu deseo y a tus apegos, mira cómo te haces sufrir innecesariamente. ¿No sabes ya que todo es impermanente, que todo tiene un principio y un fin? ¡Pues deja ya de joderte la vida y suelta!
¿Te das cuenta de esa profunda sensación de Amor y de Gratitud que te recorre entera erizando tus poros y las células de todo tu ser? Eso es lo único verdadero que eres, lo único verdadero que permanece. Ahí lo tienes.
Y por lo que más quieras, ¡confía de una vez en tu intuición, criatura! Tienes buen olfato y te mueve el corazón. Podrás equivocarte, podrás incluso perderte pero nada de eso será un error. Serán experiencias que te conducen a lugares a los que tu intuición de hecho quería llevarte. Sólo si te aventuras podrás comprobar que es cierto.
Si con estas indicaciones no vislumbras el camino, si no llegas, ya no sé cómo poder ayudarte mejor. Te las seguiré repitiendo, sí, machacona. Siempre voy a creer en ti. Siempre.
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